La presión por estar al día con lo que se considera “in” (tendencia) puede generar preocupación y ansiedad. La necesidad de ajustarse a los estándares de la ropa puede llevar a comparaciones con las demás personas y a sentimientos de insuficiencia si alguien no puede seguir el ritmo de las tendencias ―que ya sabemos, son muy cambiantes―.

Siempre se nos ha dicho que el estilo personal es un sello que nos caracteriza, y una forma de expresión a través de los colores y telas, pero alguna vez te has preguntado por qué. ¿Cómo es que la moda expresa nuestra personalidad, sentimientos y ánimo? Aquí te lo explicamos.

Para empezar, hablemos de qué es la salud mental, ya que este aspecto es fundamental para nuestro bienestar general, ya que engloba nuestro estado emocional, psicológico y social. Está estrechamente relacionado con nuestra forma de pensar, sentir y comportarnos ante diferentes situaciones de la vida, además de influir en nuestra capacidad para manejar el estrés, interactuar con los demás, tomar decisiones y afrontar los desafíos cotidianos.

A diferencia de lo que algunos puedan pensar, la salud mental no se reduce simplemente a la ausencia de trastornos mentales, ya que si bien es importante prevenir y tratar cualquier situación de nuestro cerebro, también implica poseer habilidades efectivas de afrontamiento, relaciones interpersonales saludables y un sentido de bienestar emocional y psicológico. Para comprender la ilación de ambos temas, hay que entender:

¿cuándo SURGE unA MODA?

La moda surge en momentos específicos y refleja la realidad de una sociedad en un periodo determinado. Se trata de un sistema complejo que va más allá del mero acto de diseñar prendas de vestir; pese a que existe una diferencia entre los términos “moda” y “diseño de moda”, en muchos casos se utilizan de manera similar debido a su aceptación como sinónimos y aunque la mayoría de la literatura especializada prefiere el término “diseño de moda”, la amplitud del tema va más allá de los objetivos de este trabajo.

La moda es más que simplemente “adornar el cuerpo”; es una expresión única que influye directamente en nuestra identidad, tanto individual como colectiva. Podríamos considerarla como una manifestación de quiénes somos, nuestra identidad y estilo que a su vez es influenciada por las tendencias del momento. Estas pautas de identidad están estrechamente ligadas a la ropa que elegimos vestir, dependiendo del contexto, la cultura y la sociedad a la que pertenecemos. La moda no sólo nos brinda información social y personal, sino que también nos permite formar juicios a través de la vestimenta de las personas.

¿CÓMO AFECTAN PSICOLÓGICAMENTE LAS TENDENCIAS A LA SOCIEDAD?

Las tendencias en la moda tienen un impacto significativo en la sociedad y en la psicología de los individuos. Por un lado, seguir las tendencias puede proporcionar un sentido de pertenencia y aceptación social. Al adoptar los estilos y modas populares, una persona puede sentirse parte de un grupo más grande y experimentar una sensación de conexión con las demás. Esto puede aumentar la confianza y la autoestima en sí al sentirse validada por la sociedad.

No obstante, seguir las tendencias también puede tener efectos negativos en el bienestar psicológico. La presión por estar al día con lo que se considera “in” (tendencia) puede generar preocupación y ansiedad. La necesidad de ajustarse a los estándares de la ropa puede llevar a comparaciones con las demás personas y a sentimientos de insuficiencia si alguien no puede seguir el ritmo de las tendencias ―que ya sabemos, son muy cambiantes―. El estrés constante de estar a la par de lo que se vuelve popular puede provocar inseguridad y una sensación de no encajar si la persona no se ajusta a las expectativas de la moda.

Además, la constante exposición a imágenes idealizadas de moda en los medios de comunicación y en las redes sociales, puede distorsionar la percepción de la realidad y aumentar la presión para alcanzar un estándar irreal de belleza y estilo.

IMPACTO PSICOLÓGICO EN EL ENTORNO LABORAL

A través de los años, se ha considerado a la moda como una herramienta tanto política como de autoconocimiento, un medio de expresión que a veces dice más de lo que desearía. Es un encuentro personal que tiene el poder de revelar al mundo un poco de quién eres, y no solo lo que se elige mostrar, sino también lo que va más allá de las palabras: mis miedos, inseguridades y anhelos.

En México, tres de cada diez personas experimentan algún trastorno mental en algún momento de sus vidas, y más del 60% de quienes lo padecen no reciben tratamiento. (Instituto Mexicano del Seguro Social, 2023)

Según el sociólogo Owen Jones, en sus columnas para The Guardian: “las profesiones creativas están cada vez más monopolizadas por las clases altas, ya que únicamente quienes tienen recursos pueden permitirse trabajar por salarios muy bajos o inexistentes”. Las presiones psicológicas y económicas son omnipresentes, pero en la industria de la moda parece haber una norma no escrita que exige a sus trabajadores y sobre todo trabajadoras una dedicación total, como si fuera un mandato implícito.

Estas exigencias incluyen mantener una apariencia física determinada, un estilo que denota conocimiento de la moda y tendencias, además de una dedicación casi obsesiva al trabajo. En estos entornos es común escuchar historias de trabajadorxs sin salario, seguro médico ni respaldo de sindicatos, ya que en muchas áreas creativas, la idea de un sindicato es tan rara como el sonido de un grillo en la noche.

La naturaleza competitiva y volátil de la industria junto con la inseguridad laboral y la presión por mantenerse al día con las tendencias crean un ambiente propicio para la desmotivación y la desesperanza. La autoexigencia y el perfeccionismo son comunes en un entorno donde la innovación es valorada, lo que puede generar niveles insostenibles de estrés y ansiedad.

Los trastornos de la imagen corporal son una realidad, ya que la presión por cumplir con estándares de belleza poco realistas es constante. Además, el abuso y el acoso laboral, sexual, la intimidación, discriminación y explotación laboral, son problemas comunes en la industria y tienen consecuencias emocionales y psicológicas devastadoras.

¿Es posible hablar de salud mental en la moda y las industrias creativas? Aunque parezca difícil, esto es crucial debido a que muchos lugares de trabajo no ofrecen apoyo a sus empleados, e incluso perpetúan prácticas que empeoran las condiciones de salud mental. Es fundamental promover un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal, y crear una cultura de apoyo mutuo donde se valore y respete el trabajo de todas las personas involucradas. También es importante fomentar oportunidades de crecimiento profesional y facilitar el acceso a recursos de salud mental.

En una industria injusta, perpetuar prácticas nocivas puede parecer lo más fácil, pero apoyarnos mutuamente y ser honestos puede marcar la diferencia. La moda nunca se detiene, pero nosotros necesitamos tomarnos pausas para cuidar nuestra salud mental.