MODA VS ESTILO
Existen dos términos que, aunque se entrelazan, tienen significados distintos: moda y estilo. La moda es un fenómeno variable y dependiente del cambio, es donde se encuentran las tendencias y prácticas actuales en el diseño y la vestimenta; desde los desfiles hasta las revistas, por ello, se encuentra en constante evolución, impulsada por diseñadores, celebridades y la industria en general; mientras que el estilo es una expresión personal única, pues trasciende las tendencias de moda, ya que es la forma en la que una persona elige reflejar su personalidad, gustos, valores y experiencias. Lo que diferencia al estilo contra el de la moda es su capacidad para resistir el paso del tiempo.
MODA Y PATRIARCADO
A lo largo de la historia, las mujeres han sido sometidas a una constante imposición de normas y estándares de belleza dictados por una industria dominada por el patriarcado. El libro “The Beauty Myth” (El Mito de la Belleza) de Naomi Wolf dice que, “la industria de la moda ha contribuido a la creación de un estándar de belleza irrealista que somete a las mujeres a una presión constante para alcanzarlo, lo que resulta en una perpetuación de la insatisfacción corporal y la baja autoestima”; esto logra que las mujeres se enfrenten a una dualidad: seguir las tendencias impuestas por una industria dominada por estándares patriarcales o expresar su individualidad a través de su estilo personal.
Este panorama sucede debido a que, cuando la moda está dirigida hacia las mujeres, se les tiende a imponer una serie de normas estereotipadas y restrictivas sobre cómo deben vestirse; causando una imposición no sólo en las tallas y formas corporales idealizadas sino también en estándares de belleza inalcanzables reforzando las estructuras patriarcales que perpetúan la objetivación y la cosificación del cuerpo femenino.
Desde las pasarelas hasta las campañas publicitarias, las mujeres han sido presentadas de acuerdo con estándares de delgadez, juventud, blanquitud y belleza que son inalcanzables para la mayoría. Esta imposición constante de lo que es “la belleza” ha generando un ciclo perpetuo de autoexigencia y autocrítica lo que resulta en un problema ya que que la mayoría de estas tendencias son dictadas por diseñadores y marcas dominadas por hombres, resultando en una falta de representación y diversidad en la industria.
EL ESTILO COMO ACTO POLÍTICO
En contraste, el estilo personal es una forma de rebelión y apropiación de nuestras cuerpas, desafiando las normas de la moda impuestas por el patriarcado. Al abrazar la diversidad corporal y celebrar la autenticidad individual, la expresión a través de la ropa se convierte en una herramienta de resistencia. La antropóloga y escritora feminista, Gloria Anzaldúa, dijo una vez: “La belleza es una herida que se cierra y se convierte en un punto de fuerza”, resaltando la importancia del estilo, pues, el acto de vestirse va más allá de la elección de prendas: es una forma de expresión personal que tiene un impacto político significativo.
En un mundo donde la moda está influenciada por el patriarcado y otros sistemas de opresión, el estilo personal se convierte en una herramienta valiosa para quienes desafían esas normas. Además, la escritora y activista, Audre Lorde sostiene que la expresión personal, incluido el estilo: “es una forma de afirmar la propia existencia y resistir la opresión”.
En su ensayo “La Maestría de la Herramienta”, Lorde destaca cómo el acto de expresarse a través del estilo puede ser un acto de autoafirmación y resistencia contra el racismo, el sexismo y otras formas de discriminación. El estilo como acto político también se manifiesta en movimientos como el body positivity (positivismo corporal) y el activismo contra la gordofobia que desafían los estándares de belleza convencionales y promueven la apropiación de nuestras cuerpas.
ENTRE LA CONFORMIDAD Y LA LIBERTAD
En el camino hacia la liberación corporal y la liberación de nuestro propio cuerpo, el estilo personal se convierte en un espacio de emancipación donde las mujeres pueden desafiar las normas de la moda y expresar su identidad única. Es un acto de rebelión contra las expectativas sociales y un medio para afirmar la autonomía corporal.
Encontrar el equilibrio entre la moda y el estilo personal es un viaje de autodescubrimiento para las mujeres en busca de su propia voz estilística en un mundo saturado de influencias externas.
Además, la escritora y activista Chimamanda Ngozi Adichie, en su famoso discurso “We Should All Be Feminists” (Todxs deberíamos ser feministas) aborda la importancia de la autonomía corporal y la autoaceptación en la lucha feminista y sostiene que las mujeres deben tener la libertad de definir su propia belleza y estilo sin estar limitadas por las expectativas de la sociedad.
Desde esta perspectiva, es importante reconocer que la moda y el estilo no son necesariamente enemigos, pero la clave radica en cómo se utilizan estas herramientas de expresión y resistencia. Claro que podemos seguir la moda, pero es importante hacerlo de una manera consciente y crítica; esto implica cuestionar las representaciones estereotipadas en la moda, apoyar marcas y diseñadores que promueven la inclusión y la diversidad, y celebrar la singularidad de cada mujer en su forma de vestir y presentarse.
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