La moda indígena se caracteriza por una variedad de estilos, técnicas y materiales, que reflejan la diversidad de culturas y tradiciones en todo el mundo. Desde textiles tejidos a mano, hasta bordados intrincados y diseños inspirados en la naturaleza, la moda indígena es una expresión única de identidad y patrimonio cultural.
En el diseño contemporáneo, la moda indígena ha inspirado a diseñadores de renombre a nivel mundial a incorporar elementos y motivos tradicionales en sus colecciones. La diseñadora mexicana, Carla Fernández, se ha destacado por su trabajo en la preservación y promoción de las técnicas artesanales indígenas en su marca homónima. Fernández colabora estrechamente con las comunidades mexicanas para crear prendas que fusionan la tradición con la modernidad, resaltando la belleza y la importancia cultural de los textiles y bordados autóctonos.
Asimismo, la diseñadora guatemalteca Isabel López ha sido reconocida por su compromiso con la inclusión de técnicas de tejido tradicionales en su trabajo. A través de su marca, López busca recuperar el arte del tejido maya y promover el desarrollo económico de las comunidades indígenas en Guatemala.
La vestimenta con bordados o detalles de estas comunidades también han ganado visibilidad en pasarelas internacionales y eventos de moda con prestigio. En el 2019, la diseñadora de origen peruano y con raíces indígenas: Meche Correa, presentó su colección en la Semana de la Moda de París, destacando la belleza y la sofisticación de los textiles y diseños tradicionales de las comunidades en Perú.
LA APROPIACIÓN Y LA INFLUENCIA DE LA MODA INDÍGENA EN EL DISEÑO CONTEMPORÁNEO: UNA MIRADA CRÍTICA
Pese a los avances en la valoración y promoción de la moda autóctona, persisten desafíos en cuanto a la apropiación cultural, la falta de reconocimiento y compensación justa para las y los diseñadores, además de las y los artesanos que pertenecen a la comunidad. La moda aborígen, con su rica historia y diversidad cultural, ha capturado la atención de la industria de la moda contemporánea; sin embargo, detrás de la aparente celebración de la estética y los diseños que se presentan, se esconde un complejo panorama de plagio y robo desde la parte cultural, además de una desigualdad económica y falta de reconocimiento hacia las comunidades que son víctimas de dichos abusos.
La apropiación se define como “tomar la propiedad intelectual, conocimientos ancestrales, expresiones culturales y/o bienes étnicos sin la autorización de los grupos racializados que poseen su titularidad” (Scafidi 2005). El problema es cuando el diseño ya no trata sobre captar la esencialidad de un concepto que se alimenta de otros evidentemente dinámicos como lo son la identidad, experiencias, la cultura y/o la etnicidad; “se trata, más bien, del poder y los discursos que se encuentran alrededor de las relaciones del tipo “nosotros” versus “los otros” (Clifford 1999).
Muchos diseñadores y marcas han recurrido a elementos y motivos tomados de las culturas sin el debido respeto por su significado o valor en la comunidad a la que pertenece y sin involucrar a las mismas en el proceso creativo. La antropóloga Ruth B. Phillips, en su libro “Museum Pieces: Toward the Indigenization of Canadian Museums” (Piezas de museo: Hacia la indigenización de los museos canadienses), critica la tendencia de la moda contemporánea a “exotizar” y descontextualizar los elementos culturales indígenas, convirtiéndolos en meros accesorios de moda sin reconocer su significado cultural y su conexión con las comunidades que los crearon.
Al tomar expresiones culturales y utilizarlas fuera de contexto, sin tener en cuenta su importancia o historia, puede causar consecuencias culturales, sociales y económicas drásticas. Por ejemplo, en mayo de 2019, Nike anunció el lanzamiento de la edición especial de los tenis “Air Force 1 Puerto Rico”, con patrones originarios de la cultura guna de Panamá (erróneamente atribuidos por Nike a la cultura puertorriqueña), estos fueron rechazados por los representantes del pueblo guna y Nike terminó por cancelar el lanzamiento de los tenis.
No SOLAMENTE ES LA CULTURA
Aunado a esta exotización se encuentran la falta de reconocimiento y compensación justa para los diseñadores y artesanos, pues a menudo, las marcas de moda se apropian de diseños y técnicas de estas comunidades sin atribuir adecuadamente su origen, lo que resulta en una pérdida de ingresos, reconocimiento e invisibilización para las comunidades oriundas.
La diseñadora y activista de orígen nativo en Estados Unidos, Bethany Yellowtail ha abogado por una mayor representación y respeto para los diseñadores indígenas en la industria de la moda. En una entrevista con Vogue, Yellowtail enfatiza la importancia de “reconocer a dichos creadores como expertos en su oficio y en su cultura”, y aboga por una mayor colaboración y empoderamiento de las comunidades en la creación y promoción de la moda aborigen contemporánea.
En resumen, si bien la influencia de la moda autóctona en el diseño contemporáneo ha sido testigo de un creciente interés en la incorporación de elementos y motivos en sus diseños, refleja que hay una búsqueda por parte de la industria textil de autenticidad y diversidad cultural, es importante abordar críticamente las cuestiones de apropiación cultural, desigualdad y falta de reconocimiento que rodean a esta parte del diseño. Es fundamental que la industria de la moda reconozca y respete los conocimientos y las tradiciones de las comunidades, y que además trabaje en colaboración con ellas para promover una representación auténtica y equitativa en la moda contemporánea. Y lo más importante, apoyar a los diseñadores indígenas, pues nadie mejor que ellos puede representar sus propias culturas en la moda contemporánea.
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